martes, 24 de agosto de 2010

Mis vacaciones.


Primer día de unas maravillosas vacaciones que todavía duran hasta hoy, 24 de agosto. El día 1 de agosto, muy temprano, a las 5h30 de la madrugada, me subía a mi coche, dirección Toulouse, dispuesta a pasar las mejores vacaciones de mi vida. Querer es poder. Vacié de mi mente todo lo que pudiera enturbiar el futuro próximo, como la ansiedad que puede producir un viaje tan largo para alguien como yo, poco acostumbrada al volante. Llene mi cerebro de puro placer de poder conducir sola los 730 Km. que separan Valencia de Toulouse y, con la única compañía de la radio, disfrute como una niña a pesar del sueño. No sé si por la emoción del viaje, no conseguí dormir más de dos horas antes de salir pero no estaba dispuesta a dejar que este pequeño contratiempo enturbiara mi viaje. Así que pasando Barcelona, empezó el sueño pero no por ello consiguió amargarme la fiesta, me pare todas las veces necesarias en las áreas de descanso, algo de comer salado, un cigarrito (no fumo casi pero lo hago en las grandes ocasiones y esta es una de ellas), unos estiramientos y otra vez en marcha. Como siempre, cada vez que paso por la zona de Gerona, mi cuerpo se estremece de puro placer por tanta belleza. El cordón del autopista cruza un mar de verdes chopos, pinadas, valles y colinas. Todos los tonos de verdes y accidentes geográficos que me recuerdan los paisajes de la Suiza Normanda de mi infancia. En esta ocasión, me limito a lanzar miradas furtivas ya que no puedo admirar y conducir al mismo tiempo pero es igual, me siento envuelta por esta frondosa vegetación y me embarga la emoción.
Me sorprenden los conductores de este primer domingo de Agosto. No sé si las campañas contra los excesos de velocidad han surgido efecto o es el miedo a las multas pero no me encuentro con imprudentes. Ningún loco me pasa a 200 por hora o más como en otras ocasiones. Yo misma conduzco tranquilamente. No tengo prisa. La casa de mis padres se quedara en el mismo sitio, llegue a la hora que llegue. Mi familia me esperara como siempre, con la mesa puesta y una hermosa sonrisa en los labios y en los ojos.

L'élégance du hérisson.

La última vez que vino mi sobrina Isa, me alegró el día con un libro de Muriel Barbery, “La elegancia del erizo”. Bueno, en realidad tiene por titulo “L’élegance du hérisson” ya que me trajo la versión original, hecho que me agradó doblemente porque llevaba días queriendo leer algo en mi idioma natal.
Al principio, me pareció un libro un poco pedante pero poco a poco fui penetrando entre las paredes de este edificio parisino, me imaginé a cada uno de sus habitantes. Intenté imaginarme como sería el personaje de Renée, la portera. ¿A quien se podría parecer?
Por lo visto, Isa compró el libro porque la película le había gustado mucho. Me picó la curiosidad. Me pareció tan difícil plasmar esta novela que después de leer las últimas líneas, busque en Internet quien interpretaba a Renée. Fue una sorpresa, no porque no era la actriz idónea pero porque casi me enfado conmigo misma por no haberlo adivinado. No podía ser otra que Josiane Balasko. De hecho parece que la novela haya sido escrita para ella. ¡Que buena actriz! Se funde siempre tanto en los papeles que interpreta que me pregunto siempre si construyen los personajes alrededor de su persona.