jueves, 24 de junio de 2010


En mi pueblo, se llama “encontrarse con el culo entre dos sillas”, o sea que muy incomoda. Si fuera que me encuentro así ahora pero no, me parece que me he pasado la vida partida en dos, intentando complacer a todos y al final, todos enfadados conmigo. Lo peor es que se pone el asunto al rojo vivo cuando llegan las vacaciones de verano. Entre el calor que me cuesta aguantar y los ánimos alterados, me entran ganas de desaparecer del mapa para siempre jamás. Haga lo que haga, las susceptibilidades están heridas de muerte y cuanto más intento arreglar el entuerto más lo enredo... Quiero gritar.

jueves, 10 de junio de 2010

Terror infantil.

- Después de hacer los deberes del colegio, solías enviarme a comprar al ultramarino. No era muy tarde pero ya sabes en invierno a las siete de la tarde, era de noche. ¿Recuerdas? Vivíamos detrás de la iglesia y del cementerio. Para llegar a la tienda, tenía que subir por un trozo de calle muy oscura. En las noches sin luna y sin estrellas, tenía que adivinar el camino. No era miedosa. Algunas veces, tenía que caminar completamente a ciegas y era para mi como un juego dirigirme hacia esta boca de lobo negra y silenciosa como una tumba. Sin embargo, las noches de luna y de viento, todo cambiaba, penetraba en un mundo de terror. Mi imaginación se ponía en marcha a toda velocidad, las voces de las ánimas me susurraban todas a la vez al oído y las sombras de los cipreses se movían como monstruosos cuerpos deformes. Echaba a correr como alma que lleva el diablo. Lo peor era la vuelta. Llegaba a casa sin aliento y tú nunca lo has sabido.

lunes, 7 de junio de 2010

Relatividad del tiempo.

Que curiosos son nuestros sentidos. Pasan los años y se transforman. Esta mañana, descubrí en un cajón una foto de hace quince años. No sé porque pero recuerdo el día, cuando la recogí del fotógrafo donde había llevado el carrete a revelar. Nunca esperaba llegar a casa para abrir los sobres. Lo hacía siempre en la misma puerta de la tienda. Empezaba a andar muy despacio, ansiosa de lo que iba a descubrir, esperando encontrarme muy guapa en las escasas foto donde pudiera aparecer porque casi siempre era yo la que fotografiaba a los demás. Recuerdo que en esta foto, me vi horrorosa. No puede ser yo, pensé. Que mayor, que pelos que todo… En fin… Y hoy, la miro, la remiro y resulta que me encuentro guapísima... ¿Tenía la vista distorsionada entonces o la tengo ahora?

jueves, 3 de junio de 2010

Todo va bien, todo va bien.....

Así nos decían y así nos ha ido......



Qué noticias hay?
Tras quince días de ausencia,
desde el otro lado del teléfono,
te pregunto que encontraré a mi regreso.

−Todo va muy bien, señora Marquesa;
todo va muy bien, muy bien;
sin embargo, tendría, tendría que decirle
que lamentamos una pequeñez,
un incidente, una nonada:
la muerte de vuestra yegua gris,
pero, aparte de esto, señora Marquesa
todo va muy, muy bien.

−Aló, Aló, Martin?
Qué noticia es esa?
Ha muerto hoy mi yegua gris?
Explícame, cochero fiel,
cómo ha podido suceder.

−No ha sido nada, señora Marquesa,
no ha sido nada, todo va muy bien;
sin embargo, tendría, tendría que decirle
que lamentamos una pequeñez;
murió en un incendio
que destruyó vuestros establos,
pero, aparte de esto, señora Marquesa
todo va muy, muy bien.

−Aló, Aló, Pascal?
Qué noticias?
Se han incendiado, pues, mis establos?
Explícame, modélico cocinero,
cómo ha sucedido eso.

−No ha sido nada, señora Marquesa,
no ha sido nada, todo va muy bien;
sin embargo, tendría, tendría que decirle
que lamentamos una pequeñez;
si los establos, señora, se incendiaron
fue porque el castillo ardió en llamas,
pero, aparte de esto, señora Marquesa
todo va muy, muy bien.

−Aló, Aló, Lucas?
Qué noticias?
Se ha destruido, pues, muestro castillo?
Explícame, que me siento desmayar,
cómo ha sucedido.

−Bien, señora Marquesa,
antes de saber que se había arruinado,
apenas recobrado de la sorpresa,
el señor Marqués se suicidó;
mientras recogía con la pala
golpeó las velas
y prendió fuego a todo el castillo
que ardió de abajo a arriba
y el viento, al soplar sobre las llamas,
las propagó sobre el establo,
de manera que, en un momento,
pudo verse cómo vuestra yegua moría,
pero, aparte de esto, señora Marquesa
todo va muy, muy bien.

Traducción de Carlos Muñoz-Caravaca.