miércoles, 9 de enero de 2013

Tiritas


Hola Sobrinita:
¿Sabes lo que me pasó?  ¿Recuerdas que me ofreciste una de estas tiritas que se pegan en la nariz para abrir las fosas nasales y  respirar mejor? Pues, el domingo pasado, salí a pasear con mi Lilly, como siempre, prontito por la mañana y al llegar al principio del camino que sube a la montaña, estaba completamente asfixiada. No podía respirar por la nariz. Todavía andaba con el resfriado y al respirar por la boca todo el camino, llegue como los peces fuera del agua, aspirando a bocanadas el aire, ahogándome. Así que me acorde de tu ofrecimiento y recordé que me quedaba alguna en un cajón.

De vuelta a casa, busqué la tirita.  Curiosamente, la encontré enseguida  y antes de pegarla, me limpié la piel de la nariz con alcohol para que pegara mejor.  Sensación mágica. Es increíble, cuando te deja de funcionar una parte de tu cuerpo y de repente vuelve a funcionar. Así anduve todo el día, más feliz que una perdiz… Hasta que decidí despegarla.  No te cuento  más.  Imagínate.  Es verdad, si no quieres que se despegue una tirita, límpiate bien la piel con alcohol. Garantizado.