Hola Sobrinita:
¿Sabes lo
que me pasó? ¿Recuerdas que me ofreciste
una de estas tiritas que se pegan en la nariz para abrir las fosas nasales y respirar mejor? Pues, el domingo pasado, salí a
pasear con mi Lilly, como siempre, prontito por la mañana y al llegar al
principio del camino que sube a la montaña, estaba completamente asfixiada. No
podía respirar por la nariz. Todavía andaba con el resfriado y al respirar por
la boca todo el camino, llegue como los peces fuera del agua, aspirando a bocanadas el aire, ahogándome. Así que me acorde de tu ofrecimiento y recordé que me quedaba alguna en un
cajón.
De vuelta
a casa, busqué la tirita. Curiosamente,
la encontré enseguida y antes de
pegarla, me limpié la piel de la nariz con alcohol para que pegara mejor. Sensación mágica. Es increíble, cuando te deja
de funcionar una parte de tu cuerpo y de repente vuelve a funcionar. Así anduve
todo el día, más feliz que una perdiz… Hasta que decidí despegarla. No te cuento más. Imagínate. Es verdad, si no quieres que se despegue una
tirita, límpiate bien la piel con alcohol. Garantizado.