... Sabía tanto de la selva como un shuar. Era tan buen rastreador como un shuar. Nadaba tan bien como un shuar. En definitiva, era como uno de ellos Pero no era uno de ellos.
Por esa razón, debía marcharse cada cierto tiempo porque – le explicaban- era bueno que no fuera uno de ellos. Deseaban verlo, tenerlo, y también deseaban sentir su ausencia, la tristeza de no poder hablarle, y el vuelco jubiloso en el corazón al verle aparecer de nuevo. …
…- ¿Y que hacen si no cazan?
-Trabajar desde que sale el sol hasta que se oculta.
- ¡Que tontos! ¡Que tontos! Sentenciaban los shuar. …
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