lunes, 15 de febrero de 2010

Fiebre.

Hace frío, llueve, Clara no consigue calentar la casa. Tenía pensado ir al supermercado para comprar algo de comer pero asoma la nariz a la ventana y si su cerebro le dice que si, su cuerpo le grita que no. El cielo gris plomo huele a nieve a pesar de la lluvia. ¡Tiene frío! Un frío que va más allá de su cuerpo. Huele a frío, suena a frío. Por dentro, por fuera. Todo es frío. El tacto helado del ambiente le hace daño en la piel. Surge un temblor y otro, hasta que sus dientes chocan sin parar. Se acuerda de su madre. Ojala estuviera aquí. Necesita que la coja de la mano, la cuide, la mime, la lleve a la cama. Sentirla a su lado. Necesita acurrucarse debajo del edredón mullido, donde, con el calor de su aliento, intentar recuperar algo de temperatura. Y quiere dormir, dormir y dormir…

2 comentarios:

Ignacio J. Rivas dijo...

Yo también quiero dormir...

naná dijo...

que mala es la fiebre...
calditos calentitos y debajo de manta hasta que pase...
muchos besos!!