sábado, 28 de febrero de 2009

Ayer me desperté afónica. Como no tenía intención de perder el día con malestar, arrastrándome de silla en sillón y de sillón en cama, me tomé 2 de mis capsulas milagrosas. Luego, una buena ducha bien caliente y a guerrear. Al rato ya me encontraba bien, salvo la afonía que persistía. Entonces, empecé a hablar sola y a cantar, canciones que iba inventando sobre la marcha. Me gustaba este sonido tan raro de mi voz. Era como si tuviera otra persona dentro de mí y me recreaba oyéndola. No sé muy bien lo que cante, lo que iba saliendo por mi boca. Creo que no tenia mucho sentido, era solo cuestión de juntas palabras y sonidos. Visto desde fuera, se podría pensar que me faltaba un tornillo. Pues no…. Es una buena terapia para sacar los demonios que tenemos dentro.

De pequeña, me gustaba mucho hablar sola. Desde entonces, me he dado cuenta que cada vez que lo hago es que me siento bien y luego me siento mejor. Es como una regeneración de energías. No sé si me explico bien. Yo me entiendo.

Esta tarde. Me he instalado en mi sofá favorito: el amarillo. Unos cojines cómodos debajo de la cabeza y mi manta verde almendra, suave y mullida. Gaby me volvió a conectar la luz de la mesita para que pudiera leer. Así instalada cómodamente, me propuse empezar a leer y a media página, me había quedado dormida. He dormido dos horas y me he despertado feliz y contenta. La típica siesta que te deja a gusto. Te despiertas bien, te estiras como un gato y dices, que bien estoy!!!.

1 comentario:

Anónimo dijo...

No sabes lo que me alegra saber que no soy la única que habla sola consigo misma en voz alta. Al igual que tú, yo también lo hago cuando me siento bien, relajada, en definitiva, cuando me siento en armonía con todo lo que me rodea, tanto lo bueno como lo menos bueno. Lo llevo haciendo desde que tengo uso de razón...recuerdo a mi madre entrando en el cuartito de los juegos que teníamos en nuestra primera casa, preguntándome que con quién hablaba...yo decía que con los muñecos, pero en realidad yo ya mantenía largos monólogos conmigo misma. Imaginación dicen unos...locura dicen los otros. ¿Acaso alguien sabe donde acaba una y empieza la otra?