viernes, 3 de diciembre de 2010

Tarde de invierno.

Las diecisiete treinta. El sol se ha escondido detrás de la montaña y el frío se apodera del ambiente... Archie ha encendido la chimenea y se ha quedado dormido otra vez con el mando de la tele cogido fuertemente entre sus dos manos cruzadas sobre su pecho. Parece un buen chico. Lilly, acurrucada sobre la alfombra duerme también a pierna suelta. En casa reina la paz de momento y me preparo para pasar una tarde agradable con el calor del fuego y un té verde a la bergamota perfumado con unas gotitas de alcohol de menta.

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