domingo, 3 de mayo de 2009

Un perro listo

Mi bisabuelo solía llevar su perro a cazar y para que entrara en calor lo hacia correr detrás de la bicicleta hasta llegar al campo de caza. No contaba con que al perro no le hacia ninguna gracia y corría sin mucho entusiasmo, paraba a husmear, volvía a seguir al pequeño trote, paraba otra vez. En resumidas cuentas, le tomaba el pelo. El abuelo acababa perdiendo la paciencia, volvía a por el y lo subía a la cesta de la bici.

En el camino de vuelta, el perro corría delante y llegaba primero a casa.

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